VideoAnálisis. Una oposición decidida a perderPor Joaquín Morales Solá
Juntos por el Cambio (o algunos de sus dirigentes) parece haber elegido la fórmula política ecuatoriana de la “muerte cruzada”. Si un par de precandidatos presidenciales -sobre todo, Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales- perciben, como todo hace suponer, que perderán las elecciones internas de agosto, entonces es mejor para ellos que pierda toda la coalición opositora. Si se cristalizaran el conflicto y los insultos internos de estos días, resultaría imposible imaginar a esa coalición ganando las próximas elecciones presidenciales. La derrota parece ser el proyecto de los dos. Peor: sería imposible imaginar a la coalición gobernando con eficacia si ganara los comicios de octubre y noviembre en medio de la escisión y el cisma. ¿Cómo harían para suturar las heridas que se infligieron luego de que dos precandidatos decidieron negociar la incorporación del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, a Juntos por el Cambio? ¿Cómo, cuando ninguno de ellos llevó esa propuesta formalmente a la mesa donde se sientan los aliados de la coalición? ¿Cómo, cuando la sola discusión sobre esa incorporación complica seriamente las chances de Juntos por el Cambio en las elecciones cordobesas previstas para dentro de 18 días, el 25 de junio? Schiaretti lidera una fuerza peronista provincial que gobierna Córdoba desde hace 24 años. Durante ese cuarto de siglo, Schiaretti y José Manuel de la Sota se turnaron cada ocho años (tienen la posibilidad de una reelección) en el gobierno provincial. Pero ahora De la Sota no está porque murió en un lamentable accidente automovilístico en 2018, y Schiaretti agotó ya la reelección posible; no puede presentarse de nuevo. Después de años de divisiones entre el influyente radicalismo cordobés y la fuerza política de Luis Juez, ahora lograron una fórmula de unidad luego de larguísimas negociaciones, que incluyeron el cotejo de encuestas sobre los mejores candidatos. El resultado fue la elección de Luis Juez como candidato a gobernador; del presidente del radicalismo cordobés, Marcos Carasso, como candidato a vicegobernador, y del ascendente Rodrigo de Loredo como candidato a intendente de la capital provincial. La fórmula fue apoyada por Mario Negri, presidente del bloque de diputados nacionales del radicalismo, cuyo hijo, Juan, integra la oferta electoral junto con De Loredo. Radicales y juecistas cordobeses creían acercarse a la meta de la victoria cuando Rodríguez Larreta y Morales los sorprendieron con la propuesta de Schiaretti.